UTOPÍA “Él tenía la capacidad de ver en todos el potencial que a veces ni siquiera uno era capaz de ver, en ese sentido sabía facilitar, conducir, construir, dirigir, conectar de una manera única, haciendo que los proyectos se concreten de manera inclusiva” |
“La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar.” ―Eduardo Galeano
Hoy se lanza la primera edición de Poliedro, un espacio dedicado a la divulgación y el análisis internacional. Es uno de los tantos proyectos que se ejecutó gracias a Juan Carlos Kozow. Y claro, no sólo a él, sino a todo su equipo, ya que se distinguía por su talento para unir a todos. Juan era una excelente persona, amigo leal, padre ejemplar, compañero fiel, gran militante, dirigente, correligionario, solidario, generoso, defensor de los derechos humanos, luchador incansable y de firmes convicciones.
Cualquiera podía entrar a su oficina con un mate, un café o un vaso de agua, a charlar con él, y sentir que podía, desde solucionar un conflicto laboral hasta un problema personal.
Todos podían llevarle una idea, así como sucedió con Poliedro y con el aporte de todos poder darle formato. Tenía la habilidad para que de una idea, salgan grandes proyectos de manera que todo parezca más sencillo.
Pero para mi, Juan era todavía más que eso. Como la frase que dice que las utopías sirven para ir caminando, para mi él era esa fuerza, esa utopía que hacía caminar a quienes lo conocían. Era prácticamente imposible reunirse con él, y no salir habiendo aprendido algo más, siempre desde la calidez que lo caracterizaba.
Él tenía la capacidad de ver en todos el potencial que a veces ni siquiera uno era capaz de ver, en ese sentido sabía facilitar, conducir, construir, dirigir, conectar de una manera única, haciendo que los proyectos se concreten de manera inclusiva.
Una de sus mejores cualidades era enseñar sin que te sintieras falto de conocimiento.
Quiero destacar la capacidad que él tenía en su mente, donde lo distinguía su particular manera de plasmar todo en papeles, y en su ventana llena de anotaciones, los proyectos y nombres con quien llevarlos a cabo.
Creo que la mejor manera de homenajearlo es seguir su legado, trabajando en equipo, sumando a todo aquél que quisiera aportar, ó como decía él, “Diversidad en el pensamiento, unidad en la acción”.
Poliedro es sólo uno de sus últimos proyectos, todos juntos como equipo, lo vamos a llevar a cabo. Tanto éste, como todos y cada uno de ellos.
Porque así él lo hubiese querido.
Juan, allá vamos, vos sos nuestra utopía.
Secretario Adjunto
Fabián Zaccardi